¡El médico debe curar, no suprimir la enfermedad!

La Homeopatía permite curar a más personas que cualquier otra terapéutica.
Es el método más reciente y el más especializado
para tratar de modo económico y no agresivo.
Mahatma Gandhi

- La Homeopatía clásica o unicista

- Dr. Samuel Hahnemann

- Fundamentos de la Homeopatía

- Términos habituales


LA HOMEOPATÍA CLÁSICA O UNICISTA

La Homeopatía Clásica o Unicista nace con el Dr. Samuel Hahnemann.

Homeopatía deriva del griego homoios (semejante) y pathos (enfermedad). Se caracteriza por utilizar un remedio único que engloba la totalidad de los síntomas, de ahí la palabra "Unicista".

Trata al enfermo no a la enfermedad. Su objetivo es promover la curación restableciendo el orden o equilibrio perdido en el individuo.

Toma en consideración la "individualidad” del paciente, por ello dos personas con la misma dolencia puede que necesiten medicamentos diferentes, ya que cada una manifiesta la enfermedad con distintas peculiaridades: miedos, angustias, sueños, frío, calor, sed. Todo influye en la elección del remedio.

Los medicamentos homeopáticos se obtienen a partir de sustancias que se extraen del reino animal, vegetal o mineral. Estos se preparan con dosis mínimas. De este modo se evitan los posibles efectos tóxicos y se potencian otras características más profundas que ayudan al tratamiento integral del paciente.

Para ejercer la medicina homeopática clásica de manera rigurosa, segura y efectiva es necesario una sólida preparación y el estar en continua formación.

DR. SAMUEL HAHNEMANN

Cristian Federico Samuel Hahnemann nació el 10 de abril de 1755 en Meissen, Alemania, y murió el 2 de julio de 1843 en la ciudad de París.

Desde pequeño se destaca por sus inquietudes intelectuales y su gran facilidad con los idiomas.

En 1977 ingresa a la Universidad de Leypzig, en la carrera de Medicina. Allí decide abordar el estudio de todas las escuelas médicas pasadas y presentes: “Leeré todos los autores, desde Hipócrates hasta los más recientes, y el diablo sea conmigo si no reúno en mi pensamiento la síntesis del saber y soy un gran médico que triunfa sobre la muerte”.

De Leypzig se traslada a Viena dónde recibe formación con el Dr. Quarin, galeno privado de la emperatriz María Teresa, en el Hospital de la Misericordia.

Luego oficia de médico personal, consultor y amigo del Barón de Bruckenthal, nuevo gobernador de Transilvania, quien comparte con Hahnemann sus lujos y riquezas. Esta vida relajada y opulenta dura apenas dos años: Hahnemann decide renunciar al cargo, trasladarse a Erlangen e ingresar a la Universidad para preparar su tesis de graduación, defendida de manera sobresaliente el 10 de agosto de 1779.

Las inquietudes de Hahnemann no terminan en la medicina: es un metódico estudioso de la química, la filosofía y la metalurgia, destacándose por sus conocimientos en farmacéutica.

Es en Dessau, dónde, trabajando en la Farmacia del Moro, de Herr Hasseler, comienza una etapa de estudio y experimentación. Hasseler le abre las puertas de su laboratorio. Los conocimientos adquiridos durante este período se materializan en “Lexicon de farmacéutico”, un tratado de cuatro tomos.

Asimismo entabla relación con la hijastra de Hasseler, Enriqueta Leopoldina, con quien se casa el 1 de diciembre de 1782. Hahnemann contaba con 27 años, Enriqueta con 17. La joven pareja se traslada a al aldea de Gommern, dónde Hahnemann es nombrado Oficial Médico y posteriormente a Dresde, dónde continúa su práctica clínica supervisado por el Dr. Wagner, del hospital de la ciudad.

Hahnemann comienza a decepcionarse de los métodos de la medicina oficial de su época.

Se siente entristecido por los escasos resultados de la terapéutica empleada, que contrasta con el buen pasar económico que obtenía a cambio. Así es como se ausenta frecuentemente de su consultorio, concentrándose en el laboratorio y en la fabricación de nuevos remedios.

Sus pacientes lo aguardan por horas. Cierto día, se dirige a la sala de espera, diciéndole a los enfermos que deseaban su atención: “!Márchense! Soy incapaz de curarlos; únicamente estoy robando el dinero de ustedes”.

También en Dresde la familia comienza a ampliarse: Enriqueta le da su tercer hijo.

En 1789 parten rumbo a Leypzig, dónde Hahnemann tiene la posibilidad de trabajar e investigar aprovechando la gran biblioteca de la Universidad.

Hahnemann se entusiasma con la Revolución Francesa.

Son años de escaso trabajo, realizados con la convicción de no contar con las herramientas necesarias para lograr la curación de sus pacientes. Para mantener a su familia se emplea como traductor.

En su tiempo libre investiga y experimenta. Es en 1790, al realizar la traducción de la Materia Médica del Dr. Cullen, cuando descubre en el relato de los efectos nocivos de la intoxicación con quinina, utilizada en aquel entonces como tratamiento de la fiebre intermitente palúdica, la ley de similitud que serviría de base al nuevo método terapéutico que posteriormente crearía. El Dr. Cullen describe minuciosamente los síntoma producidos por la intoxicación con la corteza del árbol de la quina (también llamada cinchona por haber curado a la condesa de Cinchón, esposa del Virrey del Perú) siendo asombrosamente coincidentes con los síntomas del paludismo, enfermedad en la que se utilizaba como tratamiento.

Esta ley de semejanza, ya enunciada por Hipócrates, le da la clave para desarrollar un nuevo método terapéutico, decidiéndose a experimentar sobre sí mismo el efecto de las sustancias que posteriormente se transformarían en medicamentos homeopáticos. “Tomé durante varios días cuatro dracmas de buena “Cinchona” dos veces por día… Eran los síntomas que para mí eran de la fiebre intermitente. Suspendía la medicación y me sentía otra vez en buena salud”.

La publicación de los resultados de estas investigaciones se realiza en el año 1796 con la aparición de “Ensayo sobre un nuevo principio para descubrir el poder curativo de las drogas”.

La experimentación de sustancias sobre sí mismo y sobre voluntarios sanos, procesadas con un método de dilución extrema y sucusión (activación por agitación), con el cual se atenuaban sus efectos adversos, dando lugar a la aparición de las características dinámicas propias de cada sustancia, le dio a Hahnemann la posibilidad de desarrollar un método terapéutico que le reportaba curaciones sorprendentes en los pacientes que lo consultaban.

Hahnemann comienza a preparar él mismo los medicamentos que administraba.

Sus prácticas comienzan a recibir las críticas de la medicina oficial de la época. Son años de continuo peregrinar por diferentes ciudades de Alemania dónde el ejercicio de su profesión le reporta tanta satisfacción por las curaciones realizadas como ataques y persecuciones.

Cierta vez, el Duque de Sajonia – Gotha le ofrece su castillo para instalar un hospital homeopático. Los médicos le instalan un boicot. El número de pacientes comienza a decrecer. Sus detractores dicen: “En el hospital de Hahnemann no hay más que un enfermo, que es él”.

Su periplo por ciudades como Hamburg, Braunschweig, Wolfenbüttel y Dessau corresponde a esta época. Se traslada junto a su esposa y sus ahora once hijos, en una vida marcada por las penurias económicas. Encuentra tranquilidad y reconocimiento en la ciudad de Torgau, dónde publica un tratado de higiene llamado “El amigo de la salud” y, en 1810, el libro fundamental de la Homeopatía: “El Organon del Arte de Curar”, ampliado y corregido en sus siguientes ediciones.

A partir de su publicación, la difusión de las ideas de Hahnemann se acrecienta. Comienza a dar conferencias en la Facultad de Leypzig a las que asisten gran cantidad de médicos y estudiantes. El interés se propaga con rapidez. Se funda el primer periódico homeopático.

A pesar de los buenos resultados de su práctica terapéutica, Hahnemann no está conforme.
La necesidad de profundizar en los mecanismos del proceso de curación lo llevan a continuar sus investigaciones por un prolongado período de once años, en los que se aleja nuevamente de la práctica médica. Son años en los que Hahnemann duerme día por medio y tanto él como su familia vuelven a ver dificultado el sustento económico.

La teoría de los miasmas es producto de la investigación de este período.

En 1830, cuando Hahnemann contaba con 76 años de edad, muere su esposa Enriqueta Leopoldina.

Cuatro años después, contrae segundas nupcias con una joven aristocrática parisina, Melanie D´ Hervilly, de 30 años, quien concurre a consultar al sabio de Messien, afectada por una tuberculosis sin esperanza de curación con la medicina de la época. En poco tiempo la paciente fue curada y se estableció entre ellos una relación la llevó a proponerle matrimonio a Hahnemann. El casamiento se consumó y ambos partieron a París.

Allí el maestro consigue gran prestigio en su práctica médica y, paralelamente, críticas y cuestionamientos. En respuesta a una solicitud de la Asociación Médica Francesa, que peticionaba su expulsión, Monsieur Guizot, ministro del rey Luis Felipe, dictaminó en una ejemplar sentencia: “Hahnemann es un sabio de gran mérito. La ciencia debe ser para todos. Si la Homeopatía es una quimera o un sistema sin valor propio, caerá por sí misma. Si es, por el contrario, un progreso, se extenderá a pesar e todas nuestras medidas preventivas, y la Academia debe desearlo antes que nadie, pues ella tiene la misión de hacer avanzar la ciencia y de alentar los descubrimientos”.
Hahnemann trabaja hasta el fin de sus días, curando pacientes y formando discípulos.

Fallece el 2 de julio de 1843 y es enterrado en el cementerio de Père Lachaise dónde se erige un monumento en su memoria en el año 1900. Hahnemann había ideado una inscripción para ese momento y ese lugar: Non Inutilis Vixis: No he vivido en vano.

FUNDAMENTOS DE LA HOMEOPATÍA

La Homeopatía predica una filosofía de la salud, de la enfermedad y de la curación. A través de ella se consigue una manera de curar suave, rápida y duradera, demostrándose eficaz en el tratamiento de las más variadas afecciones.

Es una medicina natural, basada en las leyes naturales que rigen el proceso de la curación.
La Homeopatía es una experiencia médica de más de 200 años.

Este sistema terapéutico retoma la mejor tradición de la historia de la medicina. Siguiendo las enseñanzas de Hipócrates y Paracelso despliega el famoso aforismo similiasimilibus curantur (lo similar es curado por lo similar) basando su doctrina en cuatro pilares fundamentales:

La ley de semejanza
La experimentación en el hombre sano
El medicamento diluido y dinamizado
El medicamento único


La recopilación de los síntomas producidos por las sustancias experimentadas nos da la llave, siguiendo la ley de semejanza, para ubicar el medicamento homeopático más acorde a la sintomatología del paciente con el que poner en marcha el proceso de curación.

El método experimental sobre individuos sanos forma parte de la riqueza de la medicina homeopática, siendo de gran originalidad, precisión y utilidad.

La Homeopatía es una medicina integral que aborda al hombre desde su unidad psico-biológica, por lo tanto al hablar de síntomas, nos referimos a manifestaciones dónde se incluyen obviamente los síntomas clínicos pero también los que surgen de las funciones psíquicas del hombre.

Tanto es así que en la consulta homeopática se interroga sobre los síntomas físicos del paciente, pero se hace especial hincapié en los síntomas mentales concernientes a la subjetividad de éste, en cómo vive al mundo y se vive a sí mismo, en la manera en que se relaciona con el otro, en sus expectativas y deseos, en la modalidad única y personal en que su sufrimiento lo esclaviza. Los síntomas homeopáticos son la expresión del desequilibrio de la Energía Vital del paciente. El conjunto de síntomas homeopáticos nos da una imagen fiel de su enfermedad y nos remite a la medicación adecuada para iniciar el proceso de curación.

La Energía Vital es un principio inmaterial y dinámico (energético) que unido al organismo vivo le da un orden y un sentido, manteniéndolo en su propia conservación.

Es lo que hace que lo orgánico tenga vida, y esa vida, una finalidad.

En el estado de salud, este principio ordenador mantiene en equilibrio al organismo y sus funciones. En cambio, el desequilibrio dinámico de la Energía Vital es la causa de la enfermedad, la cual abarca a la totalidad del individuo. Esta desarmonía energética se manifiesta por medio de síntomas, tanto físicos como mentales, de una manera totalmente personal acorde a la constitución de cada paciente. Siendo así, la Homeopatía postula que no hay enfermedades sino enfermos, siguiendo el viejo aforismo hipocrático.

Con el fin de reestablecer la armonía vital del paciente, la Homeopatía cuenta con remedios preparados para tal función. Éstos se extraen tanto del reino vegetal, como del animal y mineral, siendo el primero el que los aporta en mayor número.

Para la obtención del medicamento homeopático, las sustancias son sometidas a un proceso de dilución y dinamización (activación por sucusión) destinados a liberar sus principios activos.

Las sucesivas diluciones determinan que el medicamento homeopático contenga dosis infinitesimales de la sustancia original. A su vez, la dinamización aumenta la eficacia de su acción medicamentosa.

Las formas farmacéuticas más habituales son los glóbulos, las gotas, los papeles y las pomadas y los microglóbulos.

TÉRMINOS HABITUALES EN HOMEOPATÍA

PATOGENESIA

El relato pormenorizado del experimentador acerca de los síntomas que padece se denomina patogenesia, al igual que la experimentación en sí. Las patogenesias están escritas en el lenguaje del experimentador.

El conjunto de patogenesias recibe el nombre de Materia Médica Pura.

LEY DE CURACIÓN

Esta ley, llamada también Ley de Hering, en honor a su postulador, el gran homeópata Constantin Hering, quien fuera discípulo de Hahnemann, describe el recorrido que realiza el individuo cuando desarrolla su enfermedad y, principalmente, cuando pone en marcha el proceso de curación.

Los postulados de esta ley son los siguientes:

1) La curación se realiza de arriba hacia abajo, de adentro hacia fuera y
    desde los órganos más vitales hacia los órganos menos vitales.


2) Las enfermedades reaparecen en el sentido inverso al de su aparición original.

3) En cada enfermedad que reaparece, los síntomas retornan en la misma secuencia
    al de su aparición original.


SIMILLIMUM

Es el medicamento que corresponde a la totalidad sintomática del paciente, poniendo en marcha el proceso de curación cuando es administrado.

Su elección se realiza a través de la estricta aplicación de la ley de semejanza.

Es el medicamento “ideal” para cada paciente, que lo cura completamente de todas sus afecciones.

Se diferencia del “similar” que es un medicamento parcialmente semejante aunque de gran utilidad en el camino terapéutico y en la búsqueda del simillimum. Es el medicamento que corresponde a la totalidad sintomática del paciente, poniendo en marcha el proceso de curación cuando es administrado.

REPERTORIO

El Repertorio es un libro en el que se reelabora toda la información conformando un Diccionario de Síntomas Homeopáticos, de enorme utilidad en la práctica diaria. Asimismo, se encuentran agregados los síntomas comprobados en el quehacer profesional de los homeópatas más prestigiosos.

El Repertorio se encuentra dividido en capítulos, de acuerdo al ámbito de manifestación de los síntomas: mentales, generales, cabeza, cuello, etc.

Actualmente hay Repertorios computarizados, de gran ayuda en la búsqueda del medicamento indicado.